Esquina

En cada esquina resuenan las palabras que el viento susurra desde los más reconditos lugares del puerto.

 

Todo sigue igual

Macilento

Caminando sin avanzar, extraño, cerros sin caminos, callejuelas sin retorno, escalas sin bajada, pasajes perdidos entre ventanas y ropas colgadas. Sueños que se encumbran a noviembre.
Desde lo más profundo de la calma, abandonado, limitado, encapuchado,  somnoliento.
Siendo lo que fui, de seguro mucho menos de lo que soy. Humo y nubes.

 

Ruta

Recurrentemente aparecen los caminos, sendas, riberas y rutas entre los escritos, es que aún falta por recorrer, por avanzar, por aprender y conocer. 
La ansiedad la calma el mar, el horizonte y el viento aunque el cuerpo no quiera ni espera.
Correr, sólo queda correr...

No estar

Quedan tan pocos lugares en los que no estar, donde pasar desapercibido, silencioso. Espacios en los que no tengas que estar respondiendo por la foto que subiste, por lo que tuiteaste o algún posteo barato existencial.
En la lejanía las penumbras, velas, aves y escaños.

Miradas

"Así aprendieron estos hombres y mujeres que se puede mirar al otro, saber que es y que

está y que es otro y así no chocar con él, ni pegarlo, ni pasarle encima, ni tropezarlo.
Supieron también que se puede mirar adentro del otro y ver lo que siente su corazón.
Porque no siempre el corazón se habla con las palabras que nacen los labios.
Muchas veces habla el corazón con la piel, con la mirada o con pasos se habla.
También aprendieron a mirar a quien mira mirándose, que son aquellos que se buscan a sí mismos en las miradas de otros.
Y supieron mirar a los otros que los miran mirar.
Y todas las miradas aprendieron los primeros hombres y mujeres. Y la más importante que aprendieron es la mirada que se mira a sí misma y se sabe y se conoce, la mirada que se mira a sí misma mirando y mirándose, que mira caminos y mira mañanas que no se han nacido todavía, caminos aún por andarse y madrugadas por parirse".

Extracto del cuento "La historia de las miradas", del Sub Comandante Marcos

Otoño

Entre la neblina todo es mágico, pareciera que no hay nada y que todo puede ser nuevo. Hasta el sol se presta para el juego... para eso, para un juego. Todo esta dicho o pronto a decirse, queda poco espacio para las ideas.